sábado, 20 de septiembre de 2008

XIII Festival de la Huasteca en Xilitla S.L.P. - Parte 4: El Jardín Surrealista

Sábado 30 de agosto de 2008: Visita al Jardín Surrealista de Edward James.
“Mi casa tiene alas y, a veces, en la profundidad de la noche, canta…”
Escaleras que llevan al cielo, flores de concreto que se elevan a las nubes...
Luego de dos noches de huapangueada y encontrar fiesta por todos lados en Xilitla, nos dimos tiempo para regresar a las pozas que se encuentran cerca de Xilitla construidas por un inglés llamado Edward James. Hay un camino que pasa a una o dos cuadras debajo de la plaza y que lleva directamente hasta la entrada de las pozas por un camino sin pavimentar rodeado de exuberante vegetación y una vista fabulosa. Había llovido tanto que por todos lados surgían arroyitos de agua cristalina que se perdían entre la vegetación. Me quedé fascinado con los insectos que llenan el lugar y con unas piedras verdes que brillaban por todo el camino y que al secarse se tornan gris claro.
Este chapulin bebé tenía fascinada a Gina. Lo nombro chapulin con calcetincitos.
Esta araña gorda tenía una telaraña impresionante. Encontramos varias en el camino, son fascinantes.

Mis recuerdos de las pozas de Xilitla se remontan a cuando yo tenía unos 10 u 11 años y nos dirigimos a ellas partiendo desde Tamazunchale, donde vivía mi abuelita materna. En aquellos años las pozas estaban semi-abandonadas, las personas del pueblo nos aconsejaban no entrar pues había personas que se dedicaban a robar a los turistas. Aún así mi padre con mi tío Leandro nos llevaron a mis hermanas y a mí a las pozas. En todo el camino no encontramos una sola persona, la selva se había cerrado sobre todo el lugar por lo que pasaba muy poca luz, razón por la cual el agua era muy fría. Luego de un tiempo nos retiramos y nunca más volvimos por aquellos lugares.
Aidee en una construcción que imita las formas del bambú.
Pasado el tiempo, durante la universidad me fui enamorando del trabajo de Leonora Carrington y Remedios Varo. Luego de conocer varios estilos en la pintura, sus obras me parecían salidas de un sueño, el surrealismo se convirtió en la corriente pictórica que me fascinaría hasta el día de hoy. He visitado innumerables veces el museo de Arte Moderno de la Ciudad de México solo para ver sus pinturas y creo que no dejare de hacerlo. Fue al documentarme sobre su obra que di por accidente con las construcciones que Edward James había construído en Xilitla. Yo había estado en aquel lugar muchos años atrás y si bien las construcciones me impresionaron sobremanera, también es cierto que en aquel entonces no contaba con los elementos para darles su justo valor y dimensión. Era un niño que solo quería ir a Xilitla a mojarse, así de simple.

Ahora siendo un adulto, el entrar en las pozas cobró un significado completamente diferente.

Edificios que se elevan sobre la selva y se integran a ella.

Pasando la entrada donde se concentran varios artesanos que ofrecen sus trabajos y del lugar donde se venden las entradas nos internamos en la selva de la que Edward James se enamoró hace más de 50 años.

Ahora con la vigilancia y el mantenimiento que se le da al lugar, uno puede caminar tranquilamente por esas inquietantes construcciones. Hojas, árboles, flores, arcos y manos de concreto se abren paso trabajosamente entre la exuberante vegetación que poco a poco se ha ido pegando a las construcciones, decolorandolas, integrandolas al entorno. No se si esa era la idea original de Edward James pero el resultado es espectacular, pues pareciera que uno esta recorriendo las ruinas de una ciudad milenaria sepultada en el tiempo por la selva.

Arcos y columnas que nos recuerdan construcciones góticas, egipcias...

Ahora por fin luego de muchos años se le está dando su verdadero valor al lugar, y no dudo que conforme pase el tiempo se le vaya valorando más y más hasta incluso convertirse en Patrimonio de la Humanidad. Hay muchas leyendas en cuanto a quien es el dueño actual del terreno, algunos dicen que los herederos de James le vendieron el lugar a un importante ejecutivo de Banamex pero la realidad es que el terreno fue comprado por un grupo de empresarios y el gobierno del estado para su conservación. Lo importante es que el lugar esta abierto al público y se le puede disfrutar en toda su magnitud.

Las pozas de Xilitla rodeadas de vegetación.

Aunque el agua esta muy fría vale la pena meterse a estas pozas de aguas azules.

Edward James nació en el 16 de agosto 1907 en Inglaterra dentro de una familia que poseía una inmensa fortuna. Su padre un constructor de ferrocarriles norteamericano se había mudado a Inglaterra donde contrajo nupcias con Evelyn Forbes una mujer de la sociedad escocesa que estaba ligada familiarmente con el Principe de Gales (que posteriormente sería Eduardo VII).

James fue educado en Eton, Le Rosey en Suiza y The Christ Church en Oxford. A la muerte de su padre hereda 8,000 acres en Sussex. Algunas leyendas mencionan también que recibió su riqueza por parte de un tío que tenía posesiones en África.

Construcciones con argos góticos, formas que simulan huesos de animales...

El joven James siempre se sintió inclinado hacía las artes sobre todo por el surrealismo y las corrientes artísticas de principios de siglo por lo que simpatizó y apoyó a artístas tales como Dalí, Picasso y Stravinsky. Durante toda su vida imitaría y coleccionaría el surrealismo, crearìa fundaciones que impulsaran las artes e incluso se daría a la tarea de imprimir poemas, varios de los cuales fueron publicados, todos ellos de estílo surrealista. Sin embargo por lo que más es recordado es por sus construcciones realizadas en Xilitla.

Formas que imitan al bambú, casas inhabitables, sin paredes, sin techo...
Durante una visita a México se dirige a Cuernavaca en donde conoce a un mesero (en algunas versiones se dice que era un telegrafista) llamado Plutarco Gastelúm que tiene una pequeña casa en Xilitla, San Luis Potosí. Cuernavaca le resulta a James demasiado turística y decide acompañar a este hombre hasta la huasteca, tal vez intrigado por lo que le cuenta Gastelúm.
La selva va apropiandose de las construcciones hechas por el hombre.
James llega a Xilitla en 1945 y de inmediato se siente fascinado con la exuberancia de la región y se da cuenta que ha encontrado algo único. Pero es hasta después de una excursión a las pozas que al secarse al sol un grupo de mariposas se posa sobre su cuerpo, que el decide que ese es el lugar que ha buscado durante tanto tiempo e inicia las negociaciones para comprarlo. Así James se hace de 40 hectáreas de selva dentro de la huasteca potosina.
Un par de gusanos de distinto color sobre la misma hoja.
Inicialmente James planearía construir en el lugar un jardín en el cual reproduciría varias especies de orquideas, pero este proyecto lo abandona luego de que cae una helada en la región que acabó con la mayoría de las orquideas del jardín. Es entonces que decide construirse un zoologico particular con animales endemicos, proyecto que llevo hasta su muerte y que no pudo terminar.
Escarabajo (catarina) de color dorado y motas rojas descansando sobre una hoja. Y Gina, feliz.
En el proceso creador de ese zoológico-jardín, James construíria estructuras por más de treinta años, que imitarían la naturaleza de manera monumental, estructuras que nos recordarían a edificios góticos o egipcios, habitaciones imposibles de habitar, escaleras que llevarían al cielo y un sinnumero de estructuras que se alzarían por encima de la selva y que paradójicamente terminarían siendo absorbidas por esta. La construcción de este lugar le costaría a James alrededor de 5 millones de dólares, los cuales en aquellos años eran una enorme suma de dinero, para lo cual tuvo que verse en la necesidad de subastar algunas de las obras de artistas surrealistas que había adquirido durante toda su vida.

Una bella amazona de ojos color de selva nos sale al encuentro durante nuestro recorrido.

Es hasta el verano de 2007 que la fundación Pedro y Elena Hernández, Cemex y el Gobierno de San Luis Potosí las adquieren por 2.2 millones de dólares y crean el Fondo Xilitla, una fundación que velará por la preservación y restauración del sitio. La idea no solo es volver los jardines a su gloria original, sino también poner a las pozas de Xilitla en el lugar que le corresponde en el mapa del arte mundial.


Cascada en una de las pozas. Algunas formas simulan diques o presas que sin embargo, dejan pasar el agua.



Como estudiante de ebanistería fue muy interesante ver los talleres donde se hacían los moldes de todas las formas del jardín. En lo que se conoce como la carpintería aún se conservan los bancos de trabajo donde se hacían estos moldes, los cuales, cuenta la leyenda, eran tan perfectos, que cuando James quizo hacer algo similar a lo realizado en Xilitla en una propiedad en Italia, los arquitectos le pidieron como condición, que quienes hacían los moldes en México también los hicieran para el proyecto en Italia.

Yo feliz en el camino que lleva a las pozas, ya hacía falta regresar a los caminos.

Lo cierto es que es un lugar que me impresionó muchisimo, llenando mi cabeza de ideas y sueños locos. Pero es que no son solo las construcciones, es el entorno: la vegetación, las cascadas, las pozas, los animales que viven entre las plantas y todo el misterio que envuelve a la figura de quien soñara con ese lugar, un jardín paradisiaco y salvaje en la tierra.

El camino a las pozas es realmente hermoso, uno se va deteniendo aqui y allá con las plantas, los animales y las rocas que va encontrando. Es tan perfecto que uno intenta pasar desapercibido, sin hacer ruido, sin molestar a los que duermen o comen...

Chapulin comiendose una hoja. Guardando silencio se podía escuchar como masticaba.


Por la noche luego de pasar todo el día en las pozas fuimos de nuevo a la huapangueada. El trío Colatlán se presentó por última vez durante el festival. Lo cierto es que había fiesta en el escenario, en la tarima con los bailadores y en las calles donde ya bien establecido el ambiente, grupos de huapangueros se enfrentaban en duelos de versos. Uno ya no sabía si ir a la tarima o quedarse a escuchar estos enfrentamientos que arrancaban risas, burlas, gritos y todo tipo de exclamaciones de la multitud.

En uno de esos grupos de personas nos encontramos a los "Cocuyitos de Colatlán", un trío integrado por una niña y dos niños originarios de Colatlán, Veracruz, que se presentaron dentro del programa oficial luego de la presentación del trío Colatlán. Lamentablemente la batería de nuestra cámara se terminó y no hubo tiempo de ponerla a cargar para la fiesta, por lo que esta huapangueada solo fue conservada en nuestra memoria. Creo que Aidee tiene fotos, tal vez las publique ella más adelante en el blog del Trío Colatlán.

Y si bien la fiesta seguía esa noche y al día siguiente, poco a poco todo iba tomando tonos de despedida. Todo mundo quería disfrutar las horas al máximo, pues pronto el Festival terminaría y todos tendrían que partir. Huapangueros y público se abrazaban tratando de sacarle jugo a la noche.

Xilitla es realmente hermosa, tanto el pueblo como las pozas, uno simplemente ya no quiere regresarse luego de estar en ese paraíso que es la huasteca.

Las pozas están abiertas (hasta donde sé) de lunes a domingo de 10 am a 5 pm, la entrada tiene un costo de $30 pesos de lunes a viernes y, de $50 pesos sábados, domingos y días festivos.




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