Rita y el rostro de la noche.

Rita Guerrero murió el pasado 11 de marzo de 2011 luego de una larga batalla contra el cancer. Murió y días después comenzó la guerra contra Libia, tembló y hubo un tsunami en Japón, para colmo unas plantas nucleares fallaron y ahora todo el mundo tiene miedo a la radiación. Pero sobre todo, el mundo se volvió un poco menos bello sin su voz. Nos hace mucha falta. Ese tipo de fuerzas de la naturaleza no aparecen en el mundo tan a menudo, son algo extraño, complicado y hermoso.

Santa Sabina en el Tower Records de Mundo E, hace mucho mucho tiempo.

Alejandro Otaola, Rita, Juan Sebastian Lach y Poncho Figueroa en el Tower Recors de Mundo E.

La primera vez que vi a Santa Sabina en vivo fue en la Plaza de Santo Domingo, atrás de la Catedral por allá de finales de los noventa. Los había conocido gracias a la influencia musical que tuvieron sobre mi mis amigos de la prepa, Chaowah y el Taz. La tarde se volvía noche y antes de ellos habían subido un grupo de chavitos que estaban tocando covers, no tocaban mal pero tenían un look bastante fresón y los ahí reunidos comenzaron a abuchearlos porque todos quería escuchar ya a Santa Sabina. Para entonces ya me había devorado los discos "Santa Sabina", "Símbolos" y "Babel" y mi mente volaba imaginando mil cosas mientras los escuchaba.

La plaza antes vacía se fue llenando de criaturas de la noche: darketos, punks, adolescentes y seres indefinibles comenzaron a aullar. Santa Sabina comenzó a tocar, todos a mi alrededor empezaron a contorseonarse, coreaban las canciones, una pareja que acababa de conocerse ahí mismo, comenzó a echarse un fax de antología, una chava pasó besando a todos los que se encontraban en su camino hacía el escenario, me tocó uno, me dejó pasmado. El Chaowah y el Taz brincaban como locos, yo hice lo mismo. En ese momento no me importaba tener problemas en casa, ni mis problemas para pasar Calculo Diferencial e Integral, no me importaba que las niñas no me hicieran caso... todo era nuevo, el mundo era nuevo, todo tenía un extraño brillo, la noche era maravillosa y me sentía mas vivo que nunca... tenía a Rita a escazos tres o cuatro metros de distancia. Y como muchos otros, le grité que la amaba.

Se armó el slam, vi al Chaowah subir al escenario y brincar mientras nosotros en el público lo recibíamos. El Taz hizo lo mismo, pero se aventó demasiado tarde cuando ya todos estaban cansados de cargar gente y dejaron que se siguiera hasta el piso. El concierto terminó un poco antes porque la banda se estaba poniendo muy loca y no habia mucha seguridad que digamos, pues eran los noventa, todo era un tanto salvaje. Ese día me quedé sin voz, pero fui feliz. Andar en el Centro Histórico de noche era maravilloso.

El Jardín de las Delicias, julio de 2010.

Rita Guerrero en el Jardín de las Delicias.

En el Jardín de las Delicias: Josafath Larios, Manuel Mejía y Rita Guerrero,

en el Antiguo Palacio del Ayuntamiento, julio 2010.

Desde ese día seguí a Santa Sabina a todos lados, los vi en el Zócalo, en el Teatro de la Ciudad, en la Pirámide, en el Helénico, en Mundo E, en cualquier lugar que se presentaran. Me llevé a Eliza, a Caro, a Juan, a Chava, al Japones, quize arrastrar a todos mis amigos a que conocieran su música y que experimentaba lo que yo sentía cuando los veía en el escenario. La formación del grupo cambio. Llegué a la universidad. Los vi en concierto con sus discos de "Mar Adentro en la Sangre" y "Espiral". Mi novia de toda la carrera me dejó. Santa Sabina se tomó un descanso del que nunca regresó realmente. Rita tuvo un hermoso hijo. Yo esperaba cualquer noticia que indicara que volvería a verlos en concierto.

Pasó el tiempo y Rita como los demás integrantes comenzó a trabajar proyectos individuales. Rita nos sorprendió con el Ensamble Galileo, a Poncho lo podíamos ver en películas, Julio se fue a otro estado y siguió tocando la batería, Alex Otaola siguió con la Barranca.

El mundo cambio, los darketos antes tan abundantes se recogieron ante la llegada de tribus como los eskatos, bastaba mirar el mercado del Chopo los sabados para darse cuenta que las cosas habían cambiado. Luego me enteré que Rita estaba en el Claustro.

Rita Guerrero en "Una noche en los 20´s" agosto 2010.

Bernardo Jiménez, Eliceo Lara, Omar Ranfla y Rita Guerrero,

en "Una noche en los 20´s"

Rita hizo varias presentaciones con el Ensamble Galileo en los años siguientes, su voz seguía brillando y estremeciendo. Todavía la ví cantar en el Jardín de las Delicias en el Antiguo Palacio del Ayuntamiento en julio del año pasado con los Moyao (Ana, Flor y Paco) y luego en agosto, en la obra "Una noche en los 20´s con música de Kurt Weill. A veces su rostro lucía preocupado o cansado pero cuando comenzaba a cantar, su voz recorria los espacios y llegaba hasta nuestros corazones.

El día 12 de marzo por la mañana me despertó la llamada de Paco Moyao hijo, quien con mucha tristeza me daba la noticia de la muerte de Rita. Y como les comenté, sentí el mundo un poco menos bello, me invadió la nostalgia. Recorde aquellos días en donde podía aguantar todo el día caminando en el centro histórico tan solo con un helado de yoghurt de durazno de Nutri Soya, días donde me pasaba mis horas libres jugando basquet, no había celulares, ibamos al tianguis del Chopo y el Chaowah y Taz buscaban discos de metal y yo buscaba cintas de Blur, Oasis o Garbage. Recordé las noches escuchando música en la casa de Juan mientras mirabamos la noche desde el balcón, recordé a todas las niñas lindas que nunca me pelaron, recordé que volví a dibujar luego de muchos años sin hacerlo, mis cursos de Inglés en el Citax, recordé muchas peliculas en los Ecocinemas Ermita, recordé cuando ví por primera vez Pulp Fiction, mis primeros CD´s, recorde cuando escuchaba Radioactivo 98.5, WFM 96.9 o ABC Radio en AM hasta la madrugada, mi chamarra de cuero, a Michael Jordan, Scottie Pippen, a los Toros de Chicago, mi Walkman Sony, recordé cada concierto de Santa Sabina, recordé un montón de cosas...

Ahora Rita descansa, dejó una huella inborrable en la música y forma parte de nuestros mas preciosos recuerdos, nunca olvidaremos su voz, ni lo impresionante que era verla en el escenario, vaya que si la vamos a extrañar... ahora solo me resta decir:

"La noche siempre tendrá tu rostro, duerme hermosa"