domingo, 30 de noviembre de 2008

Concurso de murales 2008 en la Escuela de Artesanías de Bellas Artes

Antes de comenzar con este último post sobre el concurso de ofrendas y murales de la Escuela de Artesanías, quiero pedirles mi más sentida disculpa porque no he podido dedicarle el tiempo debido a este blog y al otro. Luego de publicar con todas las actividades que desarrollo durante la semana me parece increíble que halla personas que publiquen diario en sus blogs, no se como lo hacen, para yo poder publicar en los mios tengo que estar haciendo varias cosas al mismo tiempo: mientras se suben las fotos, barro la casa, si no ando muy inspirado voy y lavo los trastes o hago las marialuisas de los trabajos que tengo que entregar, en fin, es un show. Espero de verdad me puedan perdonar, hay muchas cosas por publicar y otras que de plano ya se quedaron en el tintero (pc) porque ya se paso el momento ideal para publicarlas.
En fin, comencemos con el concurso de murales.
Luego de tres días de estar trabajando sobre los murales muchos de nosotros ya estabamos cansados, pero al final valió la pena al ver plasmado nuestro trabajo en las paredes de la escuela durante un año. De esta manera solo nos quedaba esperar a que dieran las 7 de la noche, hora en la que pasarían los jueces a calificar los murales.
Mural del taller de Vitrales.
En algún momento cuando estabamos pintando por error alguien raspo la pared del mural y Jorge admirado descubrió como se sobreponian capa tras capas de murales y pintura blanca, asombrados nos acercamos a ver un agujero multicolor en el cual cada color se podía ver bien diferenciado de otros por una capa de pintura blanca intermedia. Alcanzamos a contar 8 capas, 8 murales que permanecían cubiertos a nuestra vista por el nuevo mural que habíamos pintado. Hubo un momento de silencio, cada quien pensó algo al respecto pero nadie dijo nada. Incluso lo que pensé al respecto me lo he quedado para mi, pero tiene que ver con el paso inevitable del tiempo, algo que siempre me ha dado mucho para pensar.

Mural del taller de Cerámica
Cuando me fui a bañar luego de terminar todo sucio de pintura y polvo eran apenas las 3 de la tarde y la escuela se encontraba muy animada, por todos lados se podían ver grupos de compañeros animando a los que aún seguían pintando. Yo me fui a mi casa con la idea de que iba a ser una noche genial, como la que hubo el año pasado en donde la fiesta en la escuela se prolongó hasta muy noche.

Mural del taller de Estampado.
Sin embargo cuando regresé a la escuela (ya eran las 7 de la noche) los pasillos y la entrada parecían desiertos, tuve la ligera esperanza de que en el patio estuviera concentrada la gente pero no fue así, me encontré con la sorpresa de que todos ya se habían marchado. Cansados de esperar entre el paso de los jueces por los murales a las 4 de la tarde (me enteré ya muy tarde) y las calificaciones a las ofrendas a las 7 de la noche, muchos habían decidido retirarse. Dadas las condiciones la presentación de nuestro mural fue hecha por el maestro Villa, hasta la fecha no tengo la menor idea de que fue lo que dijo al respecto.

Mural del taller de Joyería, me encantó el craneo cubierto de jade.

Ni siquiera había musica, en la oscuridad de la noche apenas podía reconocer algunos rostros de quienes se quedaron a terminar las ofrendas, busque a mis compañeros por todos lados pero fue inutil todos se habían ido a sus casas. Un tanto decepcionado por las circunstancias me dediqué a tomar las fotos que aquí muestro, me di un paseo por todas las ofrendas y por todos los murales. Como ya es tradición, en algún momento la dirección comenzó a regalar chicharrones con salsa valentina a todo aquel que quisiera.
Así nos quedamos esperando con una bolsa de chicharrones en la mano a que llegara el momento de la premiación de las ofrendas, murales y también el de un concurso que se organiza cada año entre los maestros de varias de las escuelas pertenecientes a Bellas Artes, en la cual se exponen dibujos relacionados con el día de muertos.


Mural del taller de Textiles.

Por fin, ya casi a las 8 de la noche el grupo de jurados y la dirección premiaron primero a las ofrendas y luego a los murales, estos fueron los tres primeros lugares (bombo y platillos...). El tercer lugar fue para nuestro mural de Ebanistería, de nuevo muchas gracias a José Luis, Jorge, David, Angeles y Paco (por la luz). Aquí esta:

Mural del taller de Ebanistería. En mi otro blog: taller-del-ahuizotl.blogspot.com pueden checarlo a detalle.
El segundo lugar fue para el taller de Esmaltes con un mural bastante padre que en lo personal me gustó mucho. Muchas felicidades a Yolandititita que participó con su arte multicolor en este mural.


Mural del taller de Esmaltes. Uno de mis favoritos para ganar.

El esperadísimos primer lugar fue para el taller de Metales, con un mural en donde se puede observar a la muerte soplando a un rostro humano que se va descarnando, sin todo lo que fue en vida, sin nada...

Mural del taller de Metales, que quedó en primer lugar este año.
De esta manera el taller de Metales ganó el primer lugar tanto en ofrenda como en mural en este año, habrá que echarle aún más ganas el año que viene para que la competencia sea más cerrada, ¿no creen?. He aquí algunas fotos de la premiación:


Maestros y alumnos aplaudiendo durante la premiación, no faltaron algunas caras de sorpresa (o de sueño, ja, ja...)


Los jueces y la dirección de nuestra escuela durante la premiación a los murales, ofrendas y dibujos.

Los murales permaneceran durante todo un año para que cualquier persona pueda visitarlos, será hasta finales de octubre del próximo año que serán cubiertos con pintura blanca para darle oportunidad a otros compañeros para que plasmen sus ideas. Así que no puede perderselos, venga a verlos y de paso conozca nuestra escuela y su oferta educativa. Y ahí va de nuevo la dirección de nuestra escuela.

La Escuela de Artesanías del Instituto Nacional de Bellas Artes se encuentra en:

La calle de Xocongo No. 138 en la Colonia Tránsito en el Centro. Si usted viene en metro, bajese en la estación San Antonio Abad del lado dirección Cuatro Caminos, queda a unas 3 cuadras caminando, usted pregunte al policia de la estación. Si viene en automovil la Calle Lorenzo Boturini y Tlalpan dirección norte lo llevan a la calle de Xocongo. Estamos enfrentito del edificio de la Dirección General de Educación Física de la SEP, y junto a nosotros está la Escuela de Diseño también del INBA. Los esperamos.

sábado, 29 de noviembre de 2008

Concurso de ofrendas 2008 en la Escuela de Artesanías de Bellas Artes

El viernes 31 de octubre de 2008, se llevó acabo el tradicional concurso de ofrendas y murales de la Escuela de Artesanías del Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura. En este concurso se da rienda suelta a la creatividad para transformar cada área de taller en una ofrenda que muestre las diferentes representaciones artísticas que se desarrollan en él.

Este año para beneplácito de toda la comunidad de Artesanías y el público que nos honró con su visita, la competencia fue más reñida.
Ofrenda del taller de vitrales, en este caso podemos ver unos craneos cubiertos de vidrio

Al ser las áreas de los talleres muy distintas entre sí, ya que existen talleres largo, anchos, de una o dos plantas, la creatividad al hacer uso del espacio es esencial, de esta forma los equipos se las tuvieron que ingeniar con el espacio disponible y con los materiales juntados. Así mientras en algunos talleres se inclinan por ofrendas muy tradicionales, representativas de algunas zonas de nuestro país, otros talleres deciden hacer ofrendas-instalación que resultan también bastante interesantes. Fue el caso del taller de Esmaltes en donde utilizaron hojas de maíz, botellas de alcohol, aserrín, tierra, craneos de unisel y flores de cempazúchil para crear una ofrenda muy original que se salía del taller hasta llegar a su mural.
Yolanda y David frente a la ofrenda de Esmaltes en donde participó Yolanda. Estaba bien padre.

El uso de materiales relacionados con cada taller queda bajo la decisión de los participantes, ya que mientras para algunos talleres es sumamente facil hacerse de la materia prima necesaria, para otros es casí mposible realizar la ofrenda con los materiales que usan en taller, por su costo o la dificultad de estos.
Parte de la ofrenda del taller de Metales en donde pudimos ver una pared cubierta de craneos de metal. Muy impresionante.


Otra vista de la ofrenda del taller de metales.

El taller de metales como cada año presentó una ofrenda en la que se veía a simple vista una gran cantidad de trabajo, muy depurada y sobria. Todos nos preguntabamos que harían luego de presentar el año pasado un cuadro de la Virgen de Guadalupe hecha por completo en metal. Al final esta ofrenda se llevó el primer lugar.

Ofrenda de Ebanistería con maniquis y muchas botellas de aguardiente (que al final desaparecieron misteriosamente).

En Ebanistería se hizo una representación de un panteón con una tumba en la que se mostraba el nombre del director, a manera de broma, por la culminación de su periodo en la dirección de nuestra escuela, un abrazo al maestro Santiago.

Ofrenda del taller de Joyería.

El taller de Joyería de plano decidió hacer su ofrenda afuera de su taller tal vez por lo reducido del espacio disponible e hicieron un mini-panteón con velas e incienso. En las fotos si no se ponía mucha atención parecia realmente un panteón en día de muertos, aunque las inscripciones en las tumbas los delataban.


Ofrenda del taller de Cerámica, la cual contaba con un performance.
La ofrenda del taller de cerámica hizo algo muy original al incorporar en su ofrenda un performance, que involucraba sonidos de ceremonias tradicionales y la sombra proyectada sobre una manta de una bailarina que se contorsionaba al ritmo de la música. Lamentablemente el espacio era muy reducido por lo cual no pude captar una buena fotografía de este detalle.

Ofrenda del taller de Estampado.

El taller de Estampado tomó el espacio de las jardineras frente a su taller he hizo una instalación en la cual se podían ver varias calaveras en plena fiesta, mientras las paredes tenían también varios dibujos de calacas muy semejantes a los de José Guadalupe Posada.

La escuela se llenó así de ofrendas y murales dispersos en varios espacios de la escuela, y si bien la comunidad estaba muy contenta por el esfuerzo y los resultados obtenidos, la verdad es que fue un error de programación el calificar los murales a las 4 de la tarde y esperar a calificar las ofrendas a las 7 de la noche porque al final mucha gente se desesperó y mejor decidió retirarse, al final cuando los jueces pasaron a calificar las ofrendas ya había muy pocas personas de la escuela. Esperemos que este aspecto se mejore para el próximo año cuando se vuelva a realizar el concurso.

domingo, 9 de noviembre de 2008

Correr a las 5:30 A.M. : ¿A quien se le ocurriría semejante locura?



¿Que loco atentaría contra el poco sueño del que puede disfrutar en su acelerada vida?, ¿quien optaría por dejar la tibia cama en busca de una mañana fría u oscura?, ¿porque correr a las cinco y media de la madrugada?... parecería no haber razones para hacerlo.


El bosque de Chapultepec es de los pocos espacios verdes que quedan en nuestra Ciudad de México, es un sitio del cual tengo recuerdos desde mi infancia hasta llegar al día de hoy. Siempre me ha parecido un lugar mágico, sobre todo en esos días en los cuales llueve por las noches y amanece lleno de neblina, realmente parece salido de un cuento de hadas, en esos días parecería imposible que existan días en los cuales es visitado por miles de personas, que halla puestos de comida y juguetes por todos lados y que se genere una impresionante cantidad de basura. Todo eso parecería improbable en un sitio repleto de ardillas, en donde se pueden ver nidos de águilas o lechuzas, en donde incluso, he podido ver alguna vez un tlacuache. Ese es otro bosque de Chapultepec, uno que solo unos pocos privilegiados conoce, uno que siempre amenaza con desaparecer y que sin embargo siempre nos sorprende año con año estando ahí para quienes queramos adentrarnos en él.





Cuenta la leyenda que la salud envidiable de mi abuelo se debe en su mayor parte a que durante todo el tiempo que pudo, nunca dejó de ir a correr al bosque en la madrugada, y claro a una excelente alimentación a base de jugo de frutas, miel de abeja, nueces y huevos. Mi abuelo fue durante muchos años obrero en las fabricas de la Industria Militar por las mañanas y trabajaba en el Seguro Social por las tardes o por las noches. Y todavía le quedaba energía para irse con sus cuates de parranda, ir a correr y todavía estar puntual en la Conasupo para que le dieran la leche para sus hijos con esas legendarias tarjetas perforadas.

Pues bien, mi abuelo se iba a correr a la segunda sección del Bosque de Chapultepec ¡a las 4 de la mañana!, pero no solo eso, antes de que existiera la pista del "Sope" el se iba corriendo por toda la orilla del Panteón Dolores solo, corría tal vez unos 4 ó 5 kilometros y se regresaba para ir por la leche, bañarse e ir al trabajo. Cuando le pregunté que si alguna vez lo habían espantado cerca del panteón, el solo me dijo que una vez vió a una mujer de negro lamentandose en una de las bardas y que lo único que hizo fue correr más fuerte y gritarle de groserías. Al regresar ya no estaba más.

Lo cierto es que correr llenó de vitalidad (tal vez en ocasiones demasiada) a mi abuelo y ese gusto por correr hizo que tratara de fomentarlo entre sus hijos. Mi abuela no corría, pero le encantaba irse a caminar a la Calzada del Rey en la primera sección y hacer ejercicios de respiración. Esto lo hizo hasta que no pudo más.



Mi papá comenzó a correr ya cuando tenía 30 años, odiaba ir a correr porque mi abuelo cuando él era un niño, siempre lo dejaba atrás en la oscuridad de la madrugada y eso le daba mucho miedo. Comenzó a correr entrenando para los deportes que siempre lo apasionaron: el alpinismo y la escalada en roca. Corriendo en la primera sección logro prepararse para subir al Popocatepetl y al Pico de Orizaba. Subió al Iztacihuatl pero siempre se le negó la cumbre porque alguno de sus compañeros se enfermaba de mal de montaña y debía bajarlo. Cuando se retiró del alpinismo a petición de mi abuela, el continuó corriendo para mantenerse sano y lleno de energía, hasta la fecha se ve más jóven que muchos de sus compañeros de trabajo e incluso que varios de sus hermanos más chicos. Aún hoy sigue corriendo.


Yo comencé a correr presionado por mi papá. Odiaba levantarme tan temprano pues para que el saliera a tiempo a trabajar teníamos que salir de la casa a las cinco y media de la mañana. Siempre me dejaba atrás, hasta que comencé a crecer y pude alcanzarlo, logrando en algunas ocasiones ganarle en el último sprint.
Cuando llegué a la preparatoria tuve problemas con Cálculo Diferencial e Integral y reprobé varios exámenes, realmente me sentía terrible y vivía muy presionado. La solución a mis males me la impuso mi papá a la fuerza: comenzamos a ir a correr todas las mañanas sin falta, me decía que el levantarme a esa hora era la muestra más palpable de que tenía el caracter de comprometerme con algo. Como odiaba correr, en el metro aún iba dormido, me daba una rabia, quería golpear a mi padre ahí mismo, que sabía el de lo que yo sentía o que era mejor para mi. Luego comenzabamos a calentar y poco a poco comenzabamos a correr, primero despacio y luego acelerabamos el paso, cuando llevabamos dos kilometros los dos acelerabamos y nos ibamos picando, se volvía un reto personal el rebasar y ganarle al otro, para él ganarme era una muestra de que aún estaba jóven, para mi representaba mi forma de pagarle el haberme despertado de madrugada a correr.
Y corría, corría como loco hasta que las piernas me ardían, hasta que los oídos me zumbaban, corría porque odiaba reprobar los exámenes, corría porque odiaba que mi padre tomara la decisión de que era lo más correcto para mí, corría porque simplemente quería mandar todo al demonio y no saber nada más... y funcionaba. Corriendo veía los árboles pasar como líneas, cada zancada representaba un dolor que me quemaba, correr me hacía olvidar todo...
Y así cuando terminábamos yo lo veía todo más claro, ya no me sentía enojado con nadie ni con nada, ni siquiera conmigo, el día comenzaba a hacerse claro y yo me sentía poderoso, con animo de hacer cualquier cosa... y en silencio le agradecía a ese hombre que hace unos minutos odiaba, el permitirme acompañarlo durante las madrugadas. Cuando me veía muy serio, agitaba levemente una rama de algún pino y me bañaba con las gotas frías que escurrían.
Creo que hasta la fecha no sabe que tanto bien me hizo el que me impusiera ir a correr con él, hoy mismo no se como soportó mi carácter de adolescente enojado y deprimido. Se lo diré algún día, y creo que será pronto.


Hoy trato de correr cada que puedo, cuando las energías me lo permiten, cuando el desvelarme por la escuela y el trabajo no agotan todas mis fuerzas, cuando la cama me permite escaparme de su tibio abrazo. Corro porque me hace sentir bien, porque me da fuerzas para empezar el día, porque como hace muchos años me permite sacar mis problemas de la cabeza, porque me olvido por unos cuantos minutos de todo lo que tengo que hacer y de todo lo que he hecho.

Casi siempre corro solo, pero cuando he podido ir a correr con mi primo Mario también la experiencia es gratificante porque luego de terminar de correr hablamos del bosque, de nuestros proyectos, de la familia, de nuestros padres y de nuestro abuelo, nos ponemos a arreglar el mundo sobre las bancas verdes de hierro forjado.

Hace un tiempo preguntando en un gimnasio por unos cursos de boxeo, el entrenador me preguntó que si hacía algún deporte, yo le respondí que ocasionalmente corría, él sujeto se me quedó viendo y con una sonrisa irónica me dijo: - ¿Corres como loco sin sentido?", yo le respondí que básicamente sí. El con un tono de burla en su voz comenzó a decirme todos los beneficios de las disciplinas que ofrecía el gimnasio, como si practicar karate, boxeo o "vale todo" me pudieran hacer mejor persona que correr.

No dudo que todos esos deportes aporten grandes satisfacciones, no dudo que para mucha gente tengan el mismo efecto que tiene para mi el correr, lo cierto es que yo no cambiaría todas esas madrugadas corriendo en el bosque por el mismo tiempo pasado en un gimnasio cerrado. Incluso ahora cuando miro a la gente en las caminadoras y todas esas máquinas que existen para correr en los gimnasios no puedo dejar de sentir lástima, lástima por todas esas mañanas húmedas llenas de neblina perdidas, por toda esa oscuridad que parece nunca tener final que nunca verán en sus vidas, por perderse esa sensación de correr y avanzar entre los árboles. Por correr como se hacía antes para conseguir comida, para llevar un mensaje, para escapar del peligro... por olvidarnos de nuestros problemas.

Además de todo esto uno no deja de encontrar maravillas únicas que con la llegada de la luz simplemente desaparecen como si nunca hubieran existido. Se pueden ver aves que uno nunca pensaría que podrían verse en libertad en nuestra enorme ciudad, bancos de neblina moviendose pesadamente como ovejas pastando, gotas de lluvia pegadas como diamantes por debajos de las hojas de los árboles ó incluso ver Quijotes volando entre el follaje como si fuera la cosa más natural del mundo.

Correr es hermoso aunque hasta la fecha siga siendo una batalla el despertarse cada día, con mucha vergüenza debo admitir que no siempre gana mi voluntad, pero creanme, cada día lo intento y cuando consigo levantarme, y salgo a correr, me siento realmente de maravilla, siento que puedo hacer cualquier cosa que me proponga.